CURIOSIDADES: Coronel y cacique: Manuel Baigorria en la Batalla de Tapalqué

Coronel y Cacique: Manuel Baigorria en la Batalla de Tapalqué

Los relatos de este lado de la frontera narran que en la madrugada del 20 de agosto de 1839, cerca de 1.100 indios atacaron sorpresivamente el Cantón Tapalqué. Los enfrentamientos y las persecuciones se prolongaron hasta bien entrada la mañana.  La victoria, si es que la hubo, fue de los acantonados. Y la historia escrita por esos ganadores asegura que los atacantes habían sido una coalición de Ranqueles, recién llegados del otro lado de los andes, junto a los boroganos, que en 1836 habían sido rechazados por las fuerzas fronterizas más allá de la zona de Guaminí.  Ese combate se conoció como “La batalla de Tapalqué” y hubo reparto de medallas y tierras por el buen desempeño de los militares e “indios amigos”.  Pero lo raro empezó después.   
El coronel Donato Álvarez que, con solo 13 años, fue testigo y parte del enfrentamiento, escribe en sus memorias que el malón también llevaba como jefe al Coronel Manuel Baigorria. Su hipótesis se basa en la particular forma que el enemigo combatió  formando una compacta línea de choque. Maniobra militar ,que sostiene, fue instruida por el Coronel a los Ranqueles ya que los malones se caracterizaban sí, por la sorpresa  y rapidez del ataque pero no tenían  ningún tipo de orden formal o estrategia mayor. 
Otro testimonio lo aportó un cautivo llamado Inocencio Sosa, quien aseguró haber estado  prisionero bajo la custodia de Baigorria,  logrando fugarse cuando los indígenas se batían en retirada. Ese dato consta en la correspondencia del Coronel Granada a Juan Manuel de Rosas con fecha del 26 de agosto de 1839. 

 

Pero quién fue el Coronel Baigorria 

Su vida supera un guión cinematográfico, es un puro producto de la frontera, con un pie a cada lado, a la vez cacique Ranquel y Coronel de la Nación.  
Nació en 1809, fue un convencido militar Unitario. En 1831 cayó prisionero de Facundo, vencedor de la batalla de “Rodeo de Chacón”, y escapó para encontrar refugio del otro lado de la frontera entre los Ranqueles, con quienes convivió por más de veinte años. Allí fue acogido primero por Llanquetruz que lo adoptó como un hijo, luego por su hijo Pichún y finalmente por Coliqueo, casándose más tarde con una de sus hijas. Baigorria se hizo indio entre los indios quienes lo rebautizaron “Lautraman” -Cóndor petiso-. 
Según narra en sus memorias no sólo hablaba el mapudugun -idioma araucano-, practicaba la poligamia, peleaba con “lanza de indio” y comía como ellos vísceras crudas de animales recién cazados, sino que acompañaba a sus parientes adoptivos en los malones contra las fronteras, refiriéndose a los cristianos como a “enemigos”. 
Muchas veces, incluso, lideraba esos malones. Supo contar con una fuerza propia de 300 hombres, entre los que se contaban indios, pero sobre todo proscriptos, desertores y delincuentes que, como narra el Martín Fierro, buscaban refugio en las tolderías. 
Habla de los Ranqueles como: “humanos, hospitalarios y leales  y que lejos de vivir en un vacío cultural y moral donde imperarían la crueldad, el ocio, la embriaguez, el robo y la lascivia, constituían una sociedad regida por otras normas pero con valores como: la lealtad, el coraje, la amistad, la inviolabilidad de una promesa, el culto a los antepasados” 
Allí vivió Baigorria por veinte años, aunque conservando también su cultura de origen. Había construido un rancho de barro y de los malones traía diarios de la época y hasta supo tener una edición del Facundo de su contemporáneo Sarmiento. 
Tras la caída de Rosas vuelve entre los suyos y se las ingenia para ganarse la confianza de las nuevas autoridades. Ahora el mismo hombre que había bebido sangre de yegua, maloneado y cuidado como a un padre a Llanquetruz en su lecho de muerte; recorre, ya maduro, las trilladas travesías en sentido inverso para negociar tratados de paz o castigar sin piedad a los indios invasores.  
No sabemos a ciencia cierta si esa noche efectivamente condujo el malón hacia el Cantón Tapalqué, o si su rostro de ojos apagados y atravesado de lado a lado por una cicatriz se les aparecía como un fantasma a quienes custodiaban la frontera. 

 

(Fuentes consultadas: Tapalqué en la historia. R. R. Capdevila/ art. web “Baigorria y  
Baigorrita, caciques entre los indios de la pampa “Gonzalo Javier Auza / Art. La Nación: Manuel Baigorria un coronel con toldería propia. Facundo Gómez Romero. 
“!Una mirada desde el exilio. Imágenes del indio en las Memorias de Manuel Baigorria 
Florencia Roulet)